lunes, 15 de diciembre de 2008

Exterminación de los teléfonos públicos

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Extasiado. Tras una caminata de recorrido pueblerino he llegado a mi casa. Con hambre, y mucha.

He pensado en inscribir este correo postal en la oficina pertinente, pero tras una mañana de pocos logros...he decidido mejor que no. Que me mudo y ya está.



A ti te pido de forma muy elegante, que cojas la maleta que te he dejado en la puerta y te marches por donde has venido.



Todos nos quedamos en el camino.
Todos acabamos en el mismo lugar: la vida.




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