La decadencia, la solucíón final.
En tres mil banderas; cruces y calaveras,
símbolos de quimeras, te perdí.
Mientras aplauden tras el telón,
en el ocaso mueres vieja Europa;
sola, loca y hundida.
Oigo las bombas. Águilas de terror.
Y sueño en la basura que vuelve tu figura.
Y me refugio en el alcohol.
La derrota es grande.
Grandes al fin tú y yo.
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Mónica Naranjo. Madrid, 19 de septiembre de 2008
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